Resumen:
El orégano (Origanum vulgare) es mucho más que un condimento para la pizza. Su nombre significa “la alegría de la montaña”, se utiliza en remedios naturales desde hace miles de años y es esencial en la cocina mediterránea. Combina muy bien en aderezos para ensaladas, o con quesos, carnes y huevos. Se puede utilizar fresco, pero el aroma de sus hojas se intensifica con el secado. Al igual que otras hierbas, el orégano pierde su sabor con la cocción, por lo que es mejor añadirlo al final de la preparación.

¿Qué contiene?
El orégano contiene vitaminas A, C E y K, así como fibra, folato, hierro, magnesio, vitamina B6, calcio y potasio. Además, el orégano, que algunas veces es llamado “mejorana” contiene potentes fitoquímicos que ofrecen potenciales beneficios de salud.
Según Fitoterapia:
Vademécum de prescripción de Alejandro Arteche y Juan Ignacio Güenechea Salazar, un libro imperdible para saberlo todo de las plantas y hierbas, la planta del orégano posee flavonoides, taninos, ácidos fenólicos, aceite esencial (carvacrol, timol, origaneno). Por todo ello, si lo sabemos utilizar, nos podemos beneficiar fácilmente de las propiedades medicinales del orégano.
Propiedades y beneficios del orégano:
El orégano cuenta con una gran cantidad de propiedades que pueden ser de gran ayuda para mejorar muchos aspectos del organismo, entre las que destacan sus propiedades antioxidantes y antimicrobianas.
Bueno para el sistema digestivo:
El orégano también se considera un tónica y cuenta con una propiedad digestiva. En la medicina natural austriaca se utiliza la infusión del orégano para el tratamiento de trastornos en el tracto gastrointestinal.
Para tratar catarros y dolores de garganta:
Para aliviar los síntomas de los resfriados y catarros, prepárate una infusión con hojas de orégano. Pon una cucharadita de hojas secas de orégano en una taza, agrega agua caliente, tapa y deja reposar 3 minutos. Después cuela y bebe cuando se temple. En general, el orégano es una planta medicinal muy beneficiosa para afecciones del aparato respiratorio debido a su efecto antiinflamatorio, analgésico y antiséptico.
Antiinflamatorio:
El orégano tiene un gran poder antiinflamatorio. Científicos de la Universidad de Bonn (Alemania), y la ETH de Zurich (Suiza), identificaron un ingrediente activo en el orégano, conocido como beta-cariofilina (E-BCP), que puede ser útil contra trastornos como la osteoporosis y la arteriosclerosis.
Gran antioxidante:
Debido a la gran cantidad de ácidos fenólicos y flavonoides que tiene. También se cree que tiene una gran cantidad de poder para eliminar los virus que pueden venir a través del contagio de los alimentos. El principio activo que tiene el orégano es el flavonol retusin, y sus aceites se destacan por tener monoterpenoides y monoterpenos.
Lucha contra las bacterias:
El orégano es un buen aliado contra la actividad microbiana. El aceite de orégano, por ejemplo, es un potente antimicrobiano, debido a que contiene un compuesto esencial llamado carvacol. Según el doctor Juan Ignacio Güenechea, sus propiedades son tan intensas que puede incluso aniquilar al Staphylococcus aureus resistente a la meticilina y a otros antibióticos.

¿Cómo cultivar orégano en casa?
Si tienes un rinconcito del jardín especialmente reservado para las plantas aromáticas, no dudes en plantar unas aromáticas semillas de orégano porque darán una fragancia especial a ese rincón del huerto o jardín. Pero si no tienes espacio o prefieres tener el orégano más a mano dentro de casa, no hay ningún problema en que lo plantes en maceta, simplemente tienes que recordar unas cuantas pautas básicas sobre la siembra, la tierra, el riego, etc.
Siembra:
El mejor momento para plantar las semillas de orégano es cuando la temperatura media ronda los 20 grados centígrados (otoño, primavera…). Procura no sembrar las semillas demasiado profundamente ya que tardarán más en germinar. Si quieres que tu planta de orégano crezca antes, puedes plantar esquejes o plantones.
Tipo de tierra:
El orégano necesita crecer en suelos orgánicos que no tengan un PH superior a 8. Si puedes añadir a la tierra un poco de compost casero antes de sembrar, mejor que mejor.
Riego:
el orégano no necesita de demasiado riego, es más, prefiere el defecto de agua que el exceso. De todas formas, no olvides regar la planta de orégano una vez a la semana o, incluso, dos veces durante los meses del verano.
Temperatura:
A la planta del orégano le encanta la luz directa del sol. Así, si plantas orégano en maceta, procura que todos los días reciba su dosis de luz solar y si plantas en huerto o jardín evita las zonas más umbrías.
Herramientas básicas:
Para cultivar tu propio orégano casero sólo necesitarás las herramientas básicas para huerto y jardín que ya te hemos comentado para este tipo de cultivo sencillo y ecológico: tijeras, regadera, pequeña pala.
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